martes, agosto 15, 2006


Esta foto la tome en la Villa Baviera; una pareja de cisnes, fieles, monogamos, hermosos, puros.
Quiero que este sea mi homenaje a la pareja de Chileno - Almenanes, que descubrieron el amor después de los cuarenta años luego de tenerlo prohibido toda su vida, que nos pasearon por su tierra, nos abrieron su corazón de niños y compartieron con nosotros sus sueños y sus anhelos.
Margret y Reynald, la leccion de amor que nos dieron esos dias, no se compara con años de vivir en una impía sociedad, vayan a ustedes desde aquí, mi cariño, respeto y admiración.


Estoy seguro que más de alguien dirá, porque este gallo sube estas fotos que dice son de la Colonia Dignidad y no muestra lugares mas demostrativos. Precisamente por eso. Tuve la suerte de ser invitado a un lugar que aún no se abria al público, y además de compartir la vida de los colonos. Me permitieron tomar fotos, pero no quiero transgredir su intimidad mostrando sitios que no me autorizaron a mostrar públicamente. No vi nada raro, y eso que recorrí muchos lugares. Solo guardo recuerdos e imagenes muy bonitas de una experiencia fuerte; que me hizo cuestionar mis mas profundas convicciones politicas y filosoficas.
Aquí les brindo dos vistas del atardecer en la Villa Baviera, hoy abierta al turismo, es un sitio muy bonito, en donde se puede conocer un estilo de vida distinto, acceder a comidas riquísimas, con una arquitectura que te transporta a la Europa de hace 60 años y si tienen suerte hasta podrian acceder a un souvenir bastante freak.
Llegan a Parral en la septima región y toman hacia la cordillera por la ruta que conduce a las Termas de Catillo.
Villa Baviera; Parral VII Región.


Hace ya un poco más de un año tuve la oportunidad de conocer la celebre "Villa Baviera" o como se llamó originalmente "Colonia Dignidad" gracias a la invitación de mi pocas veces comprendida amiga Gloria y de su incongnoscible, críptica pero no por eso menos provocadora hija Carola.
Elegí esta foto, tomada en la más alta cumbre de una estancia de 17.000 hectareas para graficar lo que allí vi.
Hasta el día de hoy no he logrado concluir si el estilo de vida de la villa que fue el que yo conocí (post-Paul) es bueno o malo. Los colonos, nacidos y criados allí viven felices, desinformados pero felices, aislados pero felices, en una sociedad muy similar a la de los pitufos, cada uno preocupado de aportar sus talentos a una sociedad que los provee de todo, ricas comidas, instalaciones extraordinariamente limpias, salud, educación y un régimen previsional solidario en donde todos aportan para la mantencion de los adultos mayores en donde sientes estar en la Alemania de la primera mitad del siglo XX.
Por otra parte, esos niveles de ignorancia del mundo transforma a esa gente que voluntariamente no sale de la villa en seres que no se cuestionan nada.
Definitivamente te cuestionas si el saber es bueno o solo esta para complicarte la vida...
Una suerte de esclavitud moderna, que transforma a los adultos en niños y que los hace disfrutar de cosas y de sueños que para quienes nos desenvolvemos en la vorágine de una sociedad libre, ni siquiera nos llaman la atención.